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EL BOLLO AVILES 2018. DESFILE DE CARROZAS



EL BOLLO AVILES 2018. DESFILE DE CARROZAS




LAS FOTOS



















































































































































































































































































































































































PREGÓN FIESTAS DE EL BOLLO AVILÉS 2018
1 de abril de 2018
JORGE GARCÍA MARTÍNEZ

Querida alcaldesa, miembros de la Corporación Municipal, autoridades, Xana, Xanina y Damas de Honor de las fiestas de El Bollo, avilesinas y avilesinos.
En primer lugar, permitidme agradecer profundamente al Ayuntamiento de Avilés el haberme confiado este acto de tanta responsabilidad y con tanta tradición para todos nosotros. Es todo un privilegio. Me siento muy orgulloso y querido por mi ciudad, Avilés.
Nací un 21 de octubre de 1972 en el entonces Hospital de Caridad. Cursé mis estudios de primaria y secundaria en el Colegio Público Sabugo y el Instituto Menéndez Pidal antes de cursar mis estudios universitarios de informática en Oviedo.
Recuerdo esos años de mi infancia y adolescencia, junto a mi hermana Paula, como una época feliz, sin mayores contratiempos. Mis padres, Manolo Vidal y Nieves, ambos trabajadores de Ensidesa, fueron mis mejores educadores. Aprendí de ellos valores esenciales como la educación, el respeto a los demás y el apoyo a la sociedad. Valores humanos y sociales que me acompañan desde entonces, porque mis padres se afanaron por inculcármelos y encaminarme hasta convertirme en la persona que soy ahora.
Llegado el año 1986, en octubre, se decidiría la sede de los Juegos Olímpicos de Barcelona 1992, un acontecimiento que, de manera casual, marcaría mi vida. Como tantas familias asturianas, con mi familia me fui a pasar el día en la Feria de Muestras de Gijón, en donde nos encontramos con un stand para captar Voluntarios para los Juegos Olímpicos del 92 en Barcelona. Recuerdo cómo mi padre me dijo: “venga inscríbete Jorge que te regalan una pegatina”.
Así lo hice y cuatro años después formaba parte de un programa de Voluntariado que indudablemente dio un giro radical a mi vida. Descubrí una forma de devolver a la sociedad valores que yo tenía dentro, hacer sociedad por medio de la cooperación y la solidaridad vinculadas al deporte.
Fueron unos años maravillosos. Dedicaba los fines de semana a colaborar como Voluntario en cualquier evento deportivo que se celebrara, no solo en Avilés, sino en toda Asturias. Recuerdo las noches sin dormir en el Rallye San Agustín, las competiciones de la Atlética, los torneos de tenis de mesa, las competiciones de natación, etc. Y todo por un sueño, participar, de alguna manera, en los Juegos Olímpicos de Barcelona’92.
Ese sueño se hizo realidad en julio de 1992. Después de que se me concediera el privilegio de portar uno de los relevos de la antorcha olímpica a su paso por Asturias, llegó el momento de partir hacia Barcelona, una ciudad que se preparaba para mostrar nuestro país, España, al mundo, a través del mayor espectáculo deportivo universal: los Juegos Olímpicos. Quizás de esos momentos haya derivado mi empeño, personal y compartido, con muchos avilesinos y asturianos, de ofrecer lo mejor de nuestra tierra al mundo a través del deporte, como si se tratase de un escaparate. Os puedo asegurar que ha funcionado! Hoy, Avilés es una ciudad con mucho significado en el deporte internacional, y especialmente, en el triatlón al que estoy vinculado profesionalmente desde hace más de quince años.
Es difícil explicar todo lo que vivimos durante tres semanas en Barcelona, pero todos los que estuvimos allí sabemos que fue LA experiencia de nuestras vidas y la que nos marcó y cambió a muchos de nosotros.
De manera paralela, en 1991 y ya formando parte del Voluntariado, descubrí el Triatlón gracias a un Campeonato de España que se organizaba en Avilés y en el que la presencia de voluntarios y voluntarias era necesaria, como en tantos otros eventos deportivos.
Me enganché, fue como un amor a primera vista. Un primer curso de Juez Regional me llevó a caminar en una dirección que nunca pude imaginar que me llevaría a recorrer tantos kilómetros por el mundo. En aquellos días ni me podía imaginar que mi futuro profesional estaría vinculado a un deporte que estaba dando sus primeros pasos. Una disciplina deportiva que Avilés, y con la meta ubicada aquí donde ahora nos encontramos, acogió por primera vez en el año 1987.
Un deporte de pioneros, de personas que creyeron firmemente en una idea y que consiguieron llevar a cabo en Avilés para hacerla más fuerte en Asturias, en España, y sumarse así a la corriente mundial que avala hoy, tres décadas después, el Multideporte y el Triatlón como máximo exponente.
En estos más de 25 años que llevo vinculado al deporte, trabajando y colaborando con muchos proyectos deportivos en muchos países del mundo, he procurado caminar despacio, pero con paso firme, con humildad, y con la mente abierta para seguir aprendiendo de gente con mucha más experiencia que yo; y todo ello con un objetivo claro: poder aplicar y enseñar lo aprendido. No olvidemos que la vida es una continua lección de aprendizaje y de la misma manera tengamos siempre presente que debe existir en cada ocasión un espacio para mejorar lo que hemos hecho; no hay cabida para el conformismo.
El deporte en sí mismo va mucho más allá de la mera actividad deportiva: tiene un alto componente social y de desarrollo si se apoya en una serie de pilares, entre los que destaco el legado, para mí el más importante y el que procuro aplicar día a día. El legado, la impronta, que un evento deportivo puede generar en la ciudad, la región o el país en el que se celebra. Ese legado puede ser material o inmaterial. Un legado material (el asfaltado de calles o la recuperación de zonas verdes) o inmaterial (la impronta del conocimiento, el voluntariado o la proyección hacia el exterior de la ciudad anfitriona).
El legado, para mí, tiene un peso importante dentro de la formación, una de mis pasiones. Disfruto enseñando lo que aprendí de mis predecesores y procuro compartir lo que ellos me enseñaron, trasladando y transmitiendo los valores adquiridos desde la infancia en esta Avilés, nuestra solidaria, amigable, acogedora y, bien lo atestiguan estas fiestas, callejera y anfitriona.
He impartido formación en España y en el extranjero. Son experiencias que me han marcado a nivel personal y profesional. Poder transmitir conocimiento, y ver cómo gracias a ello el deporte evoluciona, mejora y gana más peso, no cabe duda que me llena de una gran satisfacción.
Yo he seguido estos principios, porque he tenido a los mejores mentores y amigos. Personas que llegaron a este deporte antes que yo, creyeron en mí y me brindaron todo su apoyo. Entre esas personas permitidme mencionar a:
* Enrique Quesada, la persona que me ha transmitido todo su conocimiento y cuyos pasos he seguido fielmente y al que considero mi “padre deportivo”.
* Marisol Casado, la actual Presidenta de la Federación Internacional de Triatlón y miembro del Comité Olímpico Internacional.
* Y José Hidalgo, el actual Presidente de la Federación Española de Triatlón.
Fueron quienes me abrieron la puerta de la Federación hace quince años para ponerme al frente del Comité Nacional de Jueces y Oficiales.
Todos ellos, y todos los que me conocen en España y en el extranjero y con los que he tenido la gran suerte de trabajar y compartir experiencias, saben cuánto presumo de Avilés, mi ciudad.
Avilés respira deporte por todos los costados y ha conseguido generar una imagen de marca vinculada al deporte. En 2018, la Fundación Deportiva Municipal de Avilés celebra su 40 aniversario. Comenzó su andadura en 1978, justo con el inicio de la democracia, convirtiéndose en la decana de Asturias y una de las primeras de España. Una Fundación creada con unos objetivos muy claros: el fomento del deporte base y el apoyo a los clubes, y el desarrollo de eventos deportivos como motores económicos de la ciudad.
En estos 40 años, Avilés no sólo ha acogido la organización de grandes eventos deportivos como el Campeonato del Mundo de Escalada Deportiva en el 2007, el Campeonato de España de Atletismo en el año 2010, o el Campeonato del Mundo de Duatlón en el año 2016. Avilés ha recibido, con motivo de los premios Príncipe y Princesa de Asturias, a deportistas de talla internacional como Yelena Isimbayeba, El Guerrouj, Vicente del Bosque, José María Olazábal o Javier Gómez Noya. Deportistas premiados y reconocidos internacionalmente por sus valores personales y sus méritos deportivos y que han dejado también una huella y un legado en nuestra ciudad.
Avilés ha sabido entender el deporte como un motor de promoción y proyección de la imagen de ciudad hacia el exterior. No en vano tiene la fortuna de contar con dos medallistas olímpicos; Dacal en Munich 1972 y Alfonso Menéndez Vallín en Barcelona 1992. Ellos son el ejemplo que deben seguir los jóvenes; El deporte como valor de vida, encarnado en personas como ellos que han llevado siempre el espíritu olímpico en su corazón, el amor por su tierra, y los valores de esfuerzo, compañerismo, sacrificio y deportividad.
Creo, honestamente, que todos deberíamos llevar en nuestros corazones el espíritu olímpico. El diseño de los aros olímpicos entrelazados simboliza la amistad deportiva entre los pueblos del mundo. Esa misma amistad que se vive como confraternización durante las Fiestas del Bollo de Avilés, declaradas de interés turístico nacional, y que mañana se reflejará con la Comida en la Calle. Ese espíritu no debe agotarse en las fiestas, debe estar presente en nuestro día a día, porque estoy convencido de que juntos podemos conseguirlo.
El deporte se ha convertido en un motor económico y de proyección de imagen de Avilés. El deporte tiene un valor como herramienta de integración y responsabilidad social, convivencia, respeto, práctica de hábitos de vida saludable y educación. Son miles las personas que practican deporte en nuestra ciudad o han conocido nuestra ciudad a través del deporte. Somos un ejemplo de ciudad con “valores deportivos”, un modelo a seguir y creedme que lo digo con conocimiento de causa nacional e internacional.
Todos tenemos grandes recuerdos del Campeonato del Mundo de Duatlón en 2016, donde Avilés vivió una clara explosión de júbilo para acoger con los brazos abiertos a los 1.400 deportistas que disfrutaron de nuestra ciudad, de sus gentes, de sus calles y que se llevaron todo nuestro cariño. Fuimos capaces de proyectar una imagen de ciudad atractiva, cercana, acogedora y pasional. Los deportistas y acompañantes que estuvieron con nosotros se han llevado un inmejorable recuerdo de Avilés, de sus gentes hospitalarias, del inmejorable trato recibido y del encanto de nuestra tierra.
Ese Mundial fue un proyecto de ciudad donde todas las instituciones, asociaciones, cuerpos de seguridad, voluntarios, etc. trabajamos bajo un mismo paraguas de buenas prácticas con el objetivo compartido de poner en valor el deporte, la promoción de Avilés, la capacidad organizativa de nuestra sociedad y el espíritu asociativo y voluntario que nos caracteriza desde hace decenas de años.
La próxima semana, Avilés acogerá a más de 1.700 deportistas de toda España, más incluso que en el Mundial. Todos ellos acudirán a Avilés, a nuestra ciudad, deseando disfrutar de todos sus rincones y sus gentes. Pongo la mano en el fuego y no me quemaré: NO LES VAIS A FALLAR PORQUE VAN A SENTIR VUESTRA ACOGIDA CALUROSA DESDE EL PRIMER MOMENTO QUE PISEN SUELO AVILESINO PARA COMPETIR EN EL CAMPEONATO DE ESPAÑA DE DUATLÓN.
Por todo ello, os pido que aunemos fuerzas continuar trabajando en esta dirección: el deporte como claro exponente de posicionamiento de ciudad, generador de riqueza y capaz de dejar un legado y una impronta imborrables. Juntos haremos que nuestra ciudad, Avilés, continúe siendo EL modelo de ciudad a seguir. Y, de la misma manera que estos días viviremos unas fiestas de confraternización, debemos aplicar ese modelo a cualquier proyecto que sea beneficioso para nuestra ciudad porque Avilés lo vale, porque Avilés se lo merece, porque todos nos lo merecemos.
Mis últimas palabras son de agradecimiento; gracias a mis amigos en muchos rincones del mundo por vuestra lealtad, y especialmente y con emoción, gracias Ángela, Alejandro y Lucía por vuestro apoyo incondicional.
Solo me queda desearos que disfrutéis de estas fiestas, las mejores fiestas, las fiestas de nuestra ciudad!

¡Viva El Bollo y Viva Avilés!





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