En esta ocasión, debido a la propagación de la pandemia mundial del virus Covid-19 no va a ser menos y un grupo muy numeroso de avilesin@s (casi tres centenares) se han puesto manos a la obra.
Liderados por 5 personas que llevan la organización de logística, recogida y reparto del material, se confeccionan mascarillas de protección para suplir la falta de material proveniente de la Administración local, regional y nacional.
Todos tejen las mascarillas con un material textil no tejido, utilizado para la elaboración de productos de higiene y sanitarios entre otras cosas, donado por la empresa suiza Jacob Holm, con base en Tamón (Carreño).
Además, numerosas empresas de la comarca donan el material necesario para su fabricación: tela. hilo y gomas.
El objetivo común es el de no dejar a nadie sin poder disponer de la protección necesaria para atajar y acabar con el aumento tan considerable de afectados por el coronavirus.
Todo el material es donado totalmente gratuito (que quede muy claro) por las casi trescientas personas involucradas en este proyecto altruista. No hay ningún motivo económico en este sentido. Todo el mundo aporta su tiempo y material para ayudar a los colectivos más desfavorecidos (residencias de mayores, centros de salud, fuerzas de seguridad del estado , asociaciones y toda aquella persona que lo necesite).
En la tintorería-lavandería ecológica Miami pueden llegar a limpiar hasta 2.500 mascarillas en cuatro horas, material que muchos ciudadanos solidarios han cosido en sus casas. Aquí se lavan a 60° y posteriormente se desinfectan con ozono.
Las mascarillas son un material que se necesita a diario y en mucha cantidad para poder abastecer a tod@s los lo necesitan. Desde este grupo ya se está llegando a una producción de 2000 unidades por día.
La escasez de mascarillas quirúrgicas y de mascarillas filtrantes FFP es un problema crítico en España. Los profesionales sanitarios cuentan con cantidades muy limitadas de estos elementos de protección y se ven obligados a reusarlos o improvisar con ingenio alternativas (viseras con material de oficina, mascarillas impresas en 3D...) para protegerse frente al contagio. El 13,6 % de los casos confirmados de COVID-19 hasta ahora son sanitarios y la falta de material de protección no hace sino empeorar la situación en este colectivo.
En definitiva, las mascarillas caseras, aunque ofrecen una eficacia considerablemente menor que las mascarillas quirúrgicas, pueden contribuir a la reducción de contagios en la población general –especialmente por los casos asintomáticos de COVID-19–, al limitar la difusión de virus por secreciones respiratorias. Serán de utilidad siempre que los ciudadanos las usen adecuadamente y sigan aplicando las medidas recomendadas de higiene y de distanciamiento social. Son una ventaja adicional si, además, evitan que los ciudadanos compren mascarillas quirúrgicas o FFP, muy necesarias para los profesionales sanitarios y los enfermos.
Tambíen se fabrican pantallas protectoras para aquellos trabajos en los que es indispensable este equipo
Un movimiento solidario que pide la colaboración de todos, para poder seguir ayudando en la lucha contra esta pandemia.
Lo mejor de esta terrible situación es lo de siempre: la condición humana.
Uno de los vehículos de contagio del covid-19 son las gotitas que expulsamos al hablar, toser, estornudar y respirar. Estas gotitas pueden transportar los virus de un individuo a otro, con un radio de actuación que podría ser relativamente alto, de ahí la recomendación de las autoridades sanitarias de mantenernos a unos 2 metros de separación.
Dependiendo del tamaño de estas gotitas, la peligrosidad es diferente. Se clasifican en dos tipos: gotas de Flügge y núcleos goticulares de Well.
Dependiendo del tamaño de estas gotitas, la peligrosidad es diferente. Se clasifican en dos tipos: gotas de Flügge y núcleos goticulares de Well.
Las gotas de Flügge fueron descritas en la década de 1890 por el bacteriólogo Carl Georg Friedrich Wilhelm Flügge quien demostró que al hablar expulsamos pequeñas gotas que permanecen cierto tiempo en el aire que nos rodea. Este hallazgo fue fundamental para que el cirujano Jan Mikulicz Radecki promocionara el uso quirúrgico de mascarillas en 1897. En la actualidad son un elemento de uso obligado en muchas prácticas clínicas.
Las gotitas de Flügge tienen un tamaño de 10 a 100 μm, y pueden permanecer hasta 30 minutos en el aire en suspensión, lo cual les permite ingresar hasta la vía aérea pequeña y sacos alveolares y producir el contagio.
Los núcleos de Well son más pequeños, de menos de 5 μm. Se consideran aerosoles. Son una suerte de gotas de Flügge evaporadas o medio degradadas. Estos núcleos goticulares pueden contener virus, mantenerse en el ambiente durante horas y por su tamaño pueden desplazarse a más distancia que las gotas de Flügge. Hay que tener en cuenta que los coronavirus no viajan solos, necesitan estos medios de transporte para transmitir la infección.
También es importante conocer los tamaños de los diferentes virus y bacterias. Por ejemplo, los coronavirus tienen un diámetro comprendido entre los 50 y 150 nm. El nanometro (nm) es la milmillonésima parte de un metro. Si lo comparamos con el grosor de un pelo, en la sección de un pelo —es decir, a lo ancho, no a lo largo— cabrían 1.000 coronavirus en fila. Es por eso que los coronavirus solo son observables mediante técnicas de microscopía avanzadas, como la criomicroscopía electrónica.
Todos estos conocimientos sobre el tamaño del virus y del vehículo en que se trasporta son imprescindibles para elegir qué tipo de protección se necesita en cada caso. Actualmente, las recomendaciones de las autoridades se pueden resumir en: mascarilla quirúrgica para personas infectadas o posiblemente infectadas, y mascarillas de protección FFP2 o FFP3 para personal sanitario.
Mascarilla quirúrgica
Las mascarillas quirúrgicas tienen como finalidad evitar la transmisión de agentes infecciosos por parte de la persona que las lleva. Están diseñadas de dentro hacia fuera para evitar la diseminación de microorganismos normalmente presentes en la boca, nariz o garganta y así evitar contagiar a otras personas. Se regulan por la norma europea UNE-EN 146-83:2019+AC.
En esta norma figuran los requisitos mínimos para considerar una mascarilla quirúrgica, desde materiales, diseño con adaptabilidad al rostro, medida de la respirabilidad y medida de la eficacia de filtración bacteriana (ensayo BFE)
En síntesis. Fabricar mascarillas caseras es un acto bienintencionado y que revela algo muy importante estos días: el valor de estar unidos, de ayudar, de ser generosos y solidarios
Recomendaciones sobre el uso de mascarillas
En cualquier caso, la Organización Mundial de la Salud (OMS) indica que, si estamos sanos, solo debemos usar mascarilla si atendemos a alguien con sospecha de contagio o nosotros mismos presentamos síntomas. Además, recuerda, no son eficaces si su uso no se combina con una higiene de manos concienzuda.
Estas son las recomendaciones de la OMS sobre cómo ponerse, quitarse y desechar correctamente una mascarilla:
- Antes de ponerse una mascarilla, lavarse las manos con agua y jabón o gel hidroalcohólico.
- Cubrirse la boca y la nariz con la mascarilla, asegurándonos de que no haya espacios entre la cara y la máscara.
- No tocar la mascarilla mientras se usa; si la tocamos, hay que lavarse las manos.
- La mascarilla debe cambiarse en cuanto esté húmeda. No se deben reutilizar las de un solo uso.
- Quitarse la mascarilla sin tocar la parte delantera y desecharla inmediatamente en un recipiente cerrado, lavándonos a continuación las manos.
Tejedores de mascarillas en la red
El agente José Calvo involucra a decenas de vecinos en la confección de protecciones: "Tenemos que pelear juntos"
A. De La Fuente 24.03.2020 | 01:26
En primer término, José Calvo, en la base de materiales que han montado en San Nicolás.
Una red a través de la red. Eso es lo que ha logrado el agente de la Policía Local de Avilés José Calvo. Ante la escasez de material profiláctico para aquellos que luchan en primera línea de fuego contra el coronavirus, el agente ha conseguido movilizar a decenas de avilesinos y empresas de la comarca para confeccionar mascarillas que posteriormente serán donadas. "Es una satisfacción que todos arrimemos el hombro. Tenemos que pelear juntos", arenga Calvo.
Toda esta historia comenzó la semana pasada, cuando conoció de primera mano, a través de los testimonios de sus compañeros de trabajo y conocidos de los servicios sanitarios, la escasez de material profiláctico con la que estaban luchando contra el coronavirus. "Me dije: 'Tengo que hacer algo para ayudar a los demás'. Y se me ocurrió la idea de conseguir mascarillas, guantes y geles desinfectantes", relata.
Pero no había. Decidió darle una vuelta, sobre todo, pensando en paliar el déficit de las importantes mascarillas, que podría pedir ayuda para confeccionarlas. Para conseguirla jugaron una baza importantísima, las redes sociales. Una amiga le aconsejó crear un grupo de Facebook, que solo unas horas después de su lanzamiento a la red empezó a acumular miembros bajo el nombre "Asturias solidaria, mascarillas ya". Fue como tirar una bola de nieve por una ladera. El grupo comenzó a crecer de manera exponencial. Tan rápido como el COVID-19. Ayer rozaba los 1.100 usuarios y en su tablón se sucedían los ofrecimientos: "El personal del asilo de Piedras Blancas necesita mascarillas"; "Mercería Cova, en El Atrio, pone a disposición de todos tela y gomas para hacer mascarillas"; "Somos un grupo que podemos confeccionar. Decidnos qué hacer".
Las voluntarias del ropero parroquial de San Nicolás de Bari son otros de los grupos que coordina la confección de mascarillas. Aproximadamente unas diez mujeres, todas con experiencia cosiendo y acostumbradas a realizar trabajos en la parroquia, trabajan desde sus casas elaborando estas protecciones. "Comenzamos tejiendo mascarillas con género 100% algodón hace unos días. Ya llevamos en torno a cien hechas", explica María del Mar Salvador, la coordinadora del grupo, esposa del diácono permanente de la parroquia, Juan Antonio Blanco, y madre del cura Juan José Blanco.
Desde ayer, Salvador teje las mascarillas con un material textil no tejido, utilizado para la elaboración de productos de higiene y sanitarios entre otras cosas, donado ayer por la empresa Sontara, con base en Tamón (Carreño). "Calculo que en una semana podré haber hecho 300 mascarillas de este material, a priori más resistente y apropiado", afirma.
En el barrio de Miranda también se han volcado con la iniciativa de Calvo. Una veintena de vecinos se han sumado a las labores de confección, que allí se coordinan desde el kiosco. "Nos hemos organizado para que unos, los que menos sepan coser, corten la tela, y el resto confeccionen. Lo hacemos así para trabajar lo más rápido posible", explica Pili Blanco, una de las desinteresadas voluntarias que también trabajan con el textil donado por Sontara. Calculan que la producción en el barrio alto avilesino ya supera el centenar de mascarillas.
"Estoy realmente impresionado y desbordado por todas las muestras de cariño y solidaridad que estoy recibiendo en los últimos días. Es increíble cómo la gente está colaborando", destaca Calvo, muy agradecido al trabajo desinteresado de los vecinos y de las donaciones de las empresas, especialmente la de Sontara, que a partir de ahora tramitará las peticiones de material a través del Ayuntamiento de Carreño, que ha creado una comisión ex profeso para esta contingencia.
"Esto lo tenemos que parar entre todos. Vamos a poder. Tenemos que seguir peleando para que la gente que está luchando contra el virus pueda seguir haciéndolo", anima el agente.
El eslabón débil de la red de mascarillas solidarias
Los promotores de la fabricación casera de prendas de protección piden permisos de movilidad para atender los equipos de trabajo
F. L. J. 01.04.2020 | 01:14
José Calvo, en primer término, en un de los almacenes improvisados.
Un formalismo burocrático -la falta de un certificado que justifique los desplazamientos por carretera del personal voluntario encargado de la logística- amenaza con romper la red solidaria tejida en la comarca de Avilés a iniciativa del policía local José Calvo para fabricar mascarillas a partir del textil sontara, un producto que se fabrica en grandes cantidades en Tamón
Las personas encargadas de la logística de la red comarcal de aprovisionamiento de mascarillas deben llevar materias primas a las costureras, recoger las piezas fabricadas, llevarlas a esterilizar y repartirlas en los puntos donde son necesaria (geriátricos y tiendas de alimentación). José Calvo hace un llamamiento a las autoridades para que se faciliten salvoconductos que permitan mantener "dentro de la ley" la actividad de una red ciudadana que "salva vidas".
Calvo y sus colaboradores -ya son más de doscientas personas- se han dirigido a varias instancias (Ayuntamiento de Avilés, Sespa, presidencia del Principado...) para explicar que debido a las restricciones a la movilidad que ha decretado el Gobierno, los voluntarios encargados de los transportes se arriesgan a ser multados en el ejercicio de su labor altruista.
Así mismo, los responsables de esta estructura cívica urgen donaciones de hilo o tiras de goma, la materia necesaria para confeccionar mascarillas que más escasea.
Coronavirus | Un ejército de costureras de Avilés confecciona cada día de forma altruista cientos de mascarillas
Colaboran desde Avilés con la iniciativa Mascarillas Solidarias Asturias bajo la supervisión de las autoridades sanitarias
Eloísa Díaz Fernández se encuentra tan «agotada» como «satisfecha». Desde que se declaró el Estado de Alarma y quedaron patentes las carencias de material entre los sanitarios y otros profesionales de servicios esenciales, no ha hecho otra cosa que trabajar. Pero, en esta ocasión, de forma altruista. Ella es la encargada de coordinar a más de medio centenar de costureras avilesinas que se afanan estos días en la confección de cientos de mascarillas. La comunidad científica advierte de que no vale cualquier mascarilla pero, según Eloísa Díaz, ellas siguen las indicaciones proporcionadas por la Consejería de Salud del Principado y además las envían a esterilizar a la tintorería antes de enviarlas a las instituciones que se las solicitan.
«Cada una de nosotras hace lo que puede. Las hacemos de algodón cien por cien (para esto las típicas sábanas que tienen nuestras abuelas en casa son perfectas) o de tejido no lavable que nos envía la empresa Sontara», explica mientras atiende el teléfono y da indicaciones al resto de costureras en un grupo de WhatsApp tan activo como ellas. En las primeras dejan un espacio para que en el profesional puedan meter una compresa estéril cada día, lavar y reutilizar la mascarilla. Las segundas son de usar y tirar.
Comenta que cada una aporta el material que tiene en casa, además de usar el donado por tiendas como la suya, una mercería que ahora está cerrada.
«Lo principal es la higiene. Por eso, porque no podemos saber que cada una de nosotras trabaja bien y esteriliza el material en casa, las llevamos a la tintorería», de eso se encarga su marido, taxista de profesión, que también asume la tarea de llevarlas a la institución que las ha solicitado a Mascarillas Solidarias Asturias.
Coronavirus en Asturias | Mochilas transformadas en mascarillas por veinte costureras
A. L. J. La idea es sencilla pero a uno se le tiene que ocurrir. Utilizar la tela de mochilas corrientes para transformarla en mascarillas que sirvan como protección para sanitarios, personas mayores, policías o Guardia Civil. Esta ingeniosa propuesta surgió de la cabeza de Antúa Rosas, un avilesino que dirige una empresa de serigrafía en Bañugues y, viendo un lote de mochilas promocionales que tenían de excedente tras el cierre de su negocio a causa de la crisis sanitaria, pensó en como darles una segunda vida.
«Me fijé que están hechas de una tela especial que es transpirable e impermeable y realicé junto a mi socio, Javi, un pedido trescientas», explica el empresario.
Por su parte, puso el material, los diseños y el corte de las piezas, pero de elaborar las mascarillas se han ocupado veinte mujeres de Avilés, Corvera, Gozón y Gijón que se han prestado voluntarias a través de las redes sociales. «Todo se hizo en un fin de semana y a toda velocidad. La mayoría son mujeres jubiladas, pero forman una generación muy comprometida y que no dejan de darnos lecciones», reconoce agradecido Antúa Rosas.
Han conseguido elaborar 750 mascarillas y ya se han repartido por diferentes puntos de la comarca, gracias a la ayuda de colaboradores como Laura Serdio, encargada del reparto en la zona de Avilés.
Mochilas contra el virus
Un taller de serigrafía y una veintena de costureras cosen y distribuyen más de 800 mascarillas a partir de bolsas de tela
A. P. Gión 03.04.2020 | 01:30
Mascarillas realizadas a partir de tela de bolsas de deporte. R. S.
Las muestras de solidaridad brotan como setas en esta primavera de confinamiento. Al ejército de costureras que elaboran mascarillas con material sontara, la idea que impulsó el policía local de Avilés José Calvo, se suman incorporaciones en los últimos días. Un taller de serigrafía de Versalles, del que salieron buena parte de las camisetas amarillas que se convirtieron en el símbolo contra el cierre de Alcoa, se ha unido a esta red de solidaridad aportando novedades en la materia prima. En su caso, el material utilizado son bolsas de deporte. Las manos, las mismas. Costureras y vecinas de la comarca, la mayoría de edad avanzada, que se pasan los días de confinamiento ante la máquina de coser.
Dice el promotor de esta otra red solidaria, Antuá Rosas, que sus mascarillas, también lavables, son aún más resistentes. Quería aportar su granito de arena en la mareona de solidaridad que acompaña a la crisis sanitaria y se le ocurrió, dándole vueltas al coco junto a su pareja Sonia Naveiro, elaborar piezas de protección a partir de bolsas de deporte. "Son como las que dan en las carreras. Encontré una en casa y me puse a hacer pruebas con ella de impermeabilidad, de transpiración... El tejido es fuerte, impermeable y transpirable. Las hacemos con doble capa para que no haya filtraciones ni hacia dentro ni hacia fuera", explica Rosas. Dice que las han probado "enfermeras y auxiliares" de los Establecimientos Residenciales para Ancianos de Asturias "y funcionan".
El avilesino intentó conseguir el material en bobina, sin éxito. "Así que encargamos 500 mochilas a un proveedor, les quitamos el hilo y les sacamos la tela", prosigue. En una semana se completó la cadena de producción, desde que se encendió la bombilla hasta que se distribuyeron unas 800 piezas de protección. "Fue el jueves pasado cuando descubrí la tela e hice el pedido a una empresa de Almería. Al día siguiente ya las tenía aquí. Les expliqué para qué las quería y me las enviaron por servicio urgente. El fin de semana lo pasamos haciendo patrones y cortando. Una mercería de Luanco donó goma e hilo. Las costureras se pusieron manos a la obra el martes y ayer por la mañana (por el miércoles) ya estaba repartiendo", añade.
Esas costureras son 21 mujeres de Avilés, Corvera, Gozón, Gijón... Sus mascarillas llegaron ayer a la Comisaría de la Policía Nacional de Avilés y al cuartel de la Guardia Civil de Bustiello. Para los agentes de Rio San Martín, las azules, para la Benemérita, las verdes. Antuá aplaude a su ejército: "La gente mayor nos está volviendo a dar una lección".
La red de mascarillas del policía Calvo ya produce 3.000 unidades al día
"Se me cae el alma a los pies cuando veo que las venden hasta por 13 euros", se lamenta el agente
Saúl Fernández Avilés 08.04.2020 | 01:19
El policía local avilesino José Calvo coordina junto a cuatro compañeros más el trabajo de 250 costureras avilesinas que ya producen 3.000 mascarillas al día. "Queremos llegar a 5.000", cuenta. El agente pasó ayer su día descanso recorriendo "toda la comarca" con el coche cargado hasta los topes con el trabajo realizado por las mujeres que han cedido gratuitamente su mano de obra y sus máquinas de coser. "Quieren sentir que hacen algo útil en estos días tan terribles. Se me cae el alma a los pies cuando veo que están vendiendo hasta por 13 euros cada mascarilla", señala el agente, que ayer se detuvo en puertas de supermercados, en locales abiertos, en las residencias de ancianos del Villar (Castrillón) y del Nodo (Avilés).
"Me reciben llorando y no puedo dejar de hacerlo yo mismo", cuenta el coordinador de una experiencia que nació en las redes sociales como un pequeño copo de nieve y ahora se ha transformado en una gran bola que crece cada día. "Primero era una mujer, después fueron cinco, al poco ya eran 50 y ahora, 250. Nos llaman de toda Asturias. La última, de Langreo, pero sentimos que no podemos con todo, que somos muchos, pero que necesitamos mucha más ayuda", cuenta Calvo.
Todo funciona por eso, porque se ha conformado una red de ayuda mutua que ha probado hace tiempo su enorme eficacia. El papel protagonista lo tiene la empresa Jacob Holm, en el complejo industrial de la antigua Du Pont. Produce la materia prima de las mascarillas: la tela Sontara. "Ahora conseguimos que un compañero corte la Sontara de tal modo que podemos sacar entre siete u ocho mil patrones al día. Eso, el corte, era lo que nos ralentizaba".
Las mujeres son el principal tesoro de esta iniciativa avilesina que busca acabar con la especulación a costa de la salud. Calvo y los otros coordinadores son los transportistas de material. "Llenamos el coche y vamos portal a portal. Les dejamos el material. Ellas cosen, luego volvemos a recoger el trabajo. A mí me toca llevarlas a desinfectar a una tintorería que se ha volcado con nosotros. Las mascarillas se desinfectan con calor. Después las empaquetamos y las distribuimos".
La jornada de ayer fue una de estas últimas: de reparto. "Nos cogen las mascarillas en casi todos los sitios a los que vamos. Hace un rato paré en la sucursal de un banco y me dijeron que no podían cogérmelas, que tenían que hablar con sus jefes. Había una cola de treinta personas: les di a cada una de ellas una de nuestras mascarillas", cuenta. Tres gasolineras se han volcado con la red del policía Calvo. "Así llenamos los depósitos, pero necesitamos gomas. Mucho. Nos gustaría que las mercerías se sumaran a esta red", concluye.
El agente avilesino José Calvo entrega 300 mascarillas a la Policía Local de Oviedo
El agente de la Policía Local de Avilés, José Calvo Riesgo, comenzó hace ya casi un mes una iniciativa solidaria para la fabricación de mascarillas de protección contre el coronavirus y repartirlas entre la población desde su coche. Desde entonces, al proyecto ya se han sumado más de 250 costureras, sastres y modistas, y ya ha repartido más de 15.000 mascarillas por todos los rincones del Principado de Asturias. Ayer, el agente hizo lo propio con sus compañeros de la Policía Local de Oviedo. Calvo repartió entre los efectivos de El Rubín un total de trescientas mascarillas quirúrjicas no homologadas y veinticinco pantallas protectoras.
Las mascarillas están fabricadas en Tejido no tejido (el TNT de poliéster y celulosa de Sontara) y se desinfectan cada día en una tintorería de Avilés con ozono. «Para mí es una satisfacción tremenda poder regalar material sanitario. A veces me paran por la calle para agradecérmelo, y sobre todo, a mis compañeros de la Policía Local. Todo para que vayan más protegidos cuando salen a la calle, porque en muchos casos el material escasea y nos vemos expuestos a infinidad de situaciones de riesgo», manifestó el agente a este diario tras la entrega.
«A veces nos escupen cuando estamos haciendo nuestro trabajo, nos agreden, y en estos tiempos nunca se sabe si alguien puede estar contagiado. Toda protección es poca cuando vas en un coche de Policía», sentenció Calvo tras el reparto del material sanitario.
Felicitaciones!!! Muy buena iniciativa para esta lucha contra el coronavirus.
ResponderEliminarAunque no debemos olvidar que todo este material va a generar desechos inorgánicos, supuestamente reciclables? que a la larga causarán gran contaminación medio ambiental si no los gestionamos correctamente.
Sugiero reciclar las gomas, es totalmente factible!!! En lugar de tirarlas cuando las mascarillas ya no se puedan usar, las gomas aún estarán en buenas condiciones. Sé que las costureras sabrán cómo reutilizarlas!
Sin duda un complemento imprescindible
ResponderEliminar